viernes, 25 de abril de 2014

Comunicado Eduardo Romano


CUANDO EL PASADO SE CONVIERTE EN HERRAMIENTA POLITICA DE DESPRESTIGIO

De mi preceptor: el no haber sido de la facción de los Verdes ni de los Azules, ni  partidario de los parinularios ni de los escutarios; el soportar las fatigas y tener pocas  necesidades; el trabajo con esfuerzo personal y la abstención de excesivas tareas, y la desfavorable acogida a la calumnia. Marco Aurelio Meditaciones

La era de oro se cuenta como el amanecer de la cultura, la de bronce como el brillo de los actos heroicos o renombrados, la de hierro como  la decadencia de la cultura, la virtud y la razón,  momentos históricos que contemplamos como etapas naturales de la civilización, ciclos referenciales que anteceden a nuestra época, la de la información,  la reafirmación de la antiética, la inversión de los valores, la irresponsabilidad informativa, y el comercio de la verdad.

Escribo estas líneas,  movido por la inquietud moral, la necesidad de aclarar algunas imprecisiones, muy convenientemente utilizadas por el periodista Gustavo Rúgeles quien en su búsqueda incansable por adquirir un nombre periodístico es capaz de acudir a cualquier tipo de rumor para formar escándalos que desprestigien y ensucien el nombre de las personas de bien.

Mi nombre es Eduardo Romano, Politólogo de la Universidad Nacional, quien participó en asociaciones skinhead durante su estancia en el colegio y comienzos de la universidad,  lo cual no niego y sostengo recalcando el motivo que me obligó a participar en dichas agrupaciones de amigos que en un momento se convirtieron en un refugio para una juventud amenazada por la falta de oportunidades,  debo agregar que mi amor por la historia, los principios y la necesidad de vivir las aventuras de los libros, me llevaron a explorar ideales políticos y sociales donde la lealtad, el honor y la fraternidad fueran un ideal de cambio.

Lastimosamente cuando se actúa al calor de la juventud y la audacia nubla la prudencia, mi inmadurez me llevó a tomar la decisión de trabajar en agrupaciones skinhead, decisión infortunada que generó un estigma que hasta el día de hoy me acompaña y que es utilizado en algunos casos para tergiversar las acciones buenas que he realizado,  hoy me arrepiento, mas no de mis acciones, pues mi proceder siempre ha sido correcto y no tengo ningún tipo de antecedente judicial ni disciplinario, me arrepiento de no haber encaminado a tantos compañeros valiosos en un rumbo fructífero, de principios y de virtud, lejano al improcedente e impráctico de las asociaciones de skinheads.

Finalmente puedo decir que actualmente trabajo con agrupaciones cristianas, no soy católico, mas tengo buena amistad con diferentes confesiones, mi trabajo y mi gran deseo es el de ayudar a muchos de aquellos muchachos, compañeros, contradictores, y nuevos activistas a retomar el camino de principios orientados a la libertad, la virtud y la honra.

A continuación me permito hacer unas rectificaciones.

1. No soy Uribista, muy por el contrario, soy contradictor de muchas de las políticas que se implementaron durante el gobierno del señor Álvaro Uribe, no tengo ninguna afinidad ideológica ni laboral con el Centro Democrático, incluso me parece que muchos de sus más reconocidos lideres como el Señor Yamhure son un ejemplo de falta de ética, integridad política y lealtad.

2. Sobre mi trabajo público, el cual es social más que político, es de amplio conocimiento, tanto de Uribistas como de diversos sectores, que jamás me he comprometido con  campañas electorales pues mi mayor motivación es la política por causas, comunidades negras, indígenas, desplazados, víctimas de la guerrilla y  victimas del paramilitarismo.

3. Exijo respeto por los líderes comunitarios Manuel Moya Y Graciano Blandón quienes no solo entregaron su vida por un ideal de justicia, autonomía y libertad,  sino que también eran ejemplo social para una nación fría y materialista como la nuestra.

4.Exijo respeto para el señor José Jaime Uscategui, un hombre admirable, fiel a su familia y a sus principios con quien no comparto más que una simpatía por su entrega, declaro que no he trabajado con él y que su causa es tan limpia que no debe verse desvirtuada por las decisiones de juventud de Eduardo Romano.

5. Exijo respeto para la doctora María Fernanda Cabal, con quien no tengo ningún vínculo más que la simpatía por la causa de las víctimas de la guerrilla, las comunidades desplazadas y la justicia social.

6. Exijo al medio virtual LAS DOS ORILLAS se comprometa con la ética y la calidad periodística, pues los artículos del señor Rúgeles no solo son desenfocados, ideologizados, sino que además, presentan unos errores de redacción y ortografía insalvables.

7. Aclaro que el Movimiento Vanguardia Nacional (Que en ningún momento fue fascista) dio por finalizado su trabajo hace ya tres años, una agrupación digna compuesta por hombres y mujeres íntegros quienes no son responsables de las decisiones de juventud de su compañero Eduardo Romano.

8. Aclaro que no tengo nada que ver con el Movimiento Restauración Nacional y aunque no comparto algunas de sus posiciones,  tengo totalmente claro que no son neonazis.

9.Aclaro que hace mucho tiempo no tenía contacto con el Señor Alfredo Devía, por tanto no puedo dar opiniones sobre las circunstancias de su deceso, pues no es de hombres honrados hablar de quien no puede defenderse, todo lo que debí decirle, se lo dije en vida, y juzgar sus acciones, con sus aciertos y sus errores corresponden a Dios y no al hombre.

10. Agradezco al Señor Rúgeles el haberse tomado el trabajo de escribir sobre mí, a pesar de haber pasado ya varios años de los tiempos en que pedía mi consejo y apoyo para sus proyectos políticos personales.

Para finalizar, huelga dejar muy en claro  dos cosas: En primer lugar, que mi actuación anterior, concomitante, y posterior a mi militancia en agrupaciones skinhead, siempre fue orientada por el honor, el deber y el amor total a mi país, y aunque erradas en su accionar, considero que todos tenemos derecho a madurar y reconocer nuestros errores con el ánimo de reivindicarlos, con lo cual estará muy de acuerdo el  señor Gustavo Adolfo  Rúgeles, somos ciudadanos libres,  y esto nos diferencia de las dictaduras y totalitarismos,  reconocemos que la gente puede cambiar y ser una herramienta de progreso para su país, tal y lo hizo el gran compositor griego Mikis Theodorakis  quien militó en su juventud en grupos fascistas, y después fue un defensor férreo de la libertad y la justicia,  lo hicieron Gustavo Petro, Navarro Wolf, Ever Bustamante y muchos otros partidarios del colectivismo que pone al Estado por encima de las libertades de la persona, y reclamo el mismo derecho, como un ciudadano colombiano, como un hombre libre, y como una persona que no se ata a los errores del pasado, sino que lucha por la reivindicación de los mismos, quien a diferencia de los caudillos locales ya mencionados, jamás ha cometido un acto terrorista contra otro ciudadano. En segundo, es menester recordar al Señor Rúgeles, la figura de Elfialtes, las termópilas no hubieran sido lo mismo sin personajes dispuestos a vender su dignidad con sus antiguas amistades por un puñado de monedas, deseo que su éxito crezca, que en su alma perdure la verdad y el dolor que hace pasar a más de una familia con sus artículos difamantes, calumniantes e injuriosos, rebosantes de  cobardía e infamia.

Eduardo Romano






SEÑOR ERNESTO YAMHURE



Por.  Edouardo Romano






Le escribo no con malestar personal  ni  rencor político,  le escribo con la lastima con la que un corazón honrado habla de un hombre que se esconde detrás de la impunidad de un teclado para pisotear a las personas  por interés personal, partidista  o monetario.

Que triste y sombrío futuro le espera a un país donde aquellos que se abanderan como defensores utilizan como herramienta el secretismo, la mentira o la traición disfrazando de verdad y honradez su miseria.

Que le espera a hombres como Álvaro Uribe al rodearse de hombrecillos dispuestos a corromper su alma y torcer el camino al menor viento que zarandee su navío de influencia y prestigio dentro de un partido.

Es estos días donde la hipocresía cultural abunda y hasta los que nunca leyeron a García Márquez se indignan ante las declaraciones que cuestionan sus ideas y proceder, es de  total importancia reflexionar alrededor de los principios que estamos inculcando en la generación de adolescentes que siguen nuestros pasos y se alimentan  diariamente con ejemplos de traición, mentira y deshonor.

Que podemos esperar a futuro, si la cosecha es producto de la siembra y el fruto es el resultado del cuidado de las semillas?

Señor Yamhure, le pregunto: ¿que pueden esperar sus hijos al ver a su padre escapar ante la responsabilidad y aprovecharse de un cuestionado asilo para llenar el pecho de un superficial valor para hostigar a las personas con total impunidad?

¿Como puede mirar a sus hijos a los ojos y justificar la cobardía de su padre, que lo llevo a esconderse como un niño cuando sus acciones cobraron fruto y su estado de confort se vio amenazado por el cumplimiento con la justicia?

Triste panorama se dibuja en nuestro país cuando los trucos de hombre mediocres abundan en la política y los medios de comunicación se empeñan en alimentar su prestigio a costa del prestigio de los demás.

En los tiempos antiguos, las afrentas ignominiosas y embusteras se encaraban y se resolvían con honor, hoy en día los hombres se refugian en la modernidad, el abuso de las leyes y de la hipocresía humanitaria para salirse con la suya, 

En fin,  esta carta no cambiara el rumbo de toda una generación pero al menos tranquiliza mi conciencia, me reconforta saber que si no  existieran hombres como usted no habría puntos de comparación para admirar a Los pocos hombres dispuestos a cumplir con integridad su deber con la sociedad.

Espero que un día pueda retomar el rumbo de la honra y pueda lavar su conciencia pues por mas títulos y condecoraciones que obtenga  le va a quedar muy difícil cambiar su imagen de canalla y de cobarde.

"Cuando hace años murió alguien muy cercano y querido para mí, en el momento de bajarlo a la tumba alguien, entre sus amigos, comentó: Era un hombre honrado y un caballero. Y qué quieren que les diga. Me pareció el mejor epitafio que un hombre puede desear para sí mismo, pero temo que nadie dirá eso en mi funeral. No porque pueda o no pueda serlo, que ése es asunto mío y no viene al caso; sino porque dudo que alguien aprecie todavía el valor de esas palabras. Ahora, honrado es sinónimo de tonto, y en la puerta de los servicios de los bares llaman señora y caballero a cualquiera." Arturo Pérez Reverte