Queda también el punto del honor del deber cumplido. Y no hablo a vuestras mercedes del deber del soldado para con DIOS o con el rey, ni del esguízaro con pundonor que cobra su paga; ni siquiera de la obligación para con los amigos y camaradas. Me refiero a una cosa que aprendí al lado del Capitán Alatriste: el deber de pelear cuando hay que hacerlo, al margen de la nación y la bandera; que, al cabo, que en cualquier nacido no suelen ser una y otra sino puro azar. Hablo de empuñar el acero, afirmar los pies y ajustar el precio de la propia piel a cuchilladas en vez de entregarla como oveja al matadero. Hablo de conocer y aprovechar, que raras veces la vida ofrece ocasión de perderla con dignidad y con honra. SOL DE BREDA Pág. 143
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