Soy un hombre sincero porque soy un hombre verdadero
Y soy un hombre verdadero porque soy un hombre integro.
(Jorge Sariol sobre JoséMartí)
Por Eduardo Romano
Siempre he compartido la reflexión que Don Quijote le hiciera a Sancho Panza, La libertad y la honra son los dones mas preciosos otorgados por Dios al hombre, dones ratificados en las diferentes Constituciones Políticas de los países del mundo, libertad, entendida como el derecho a desarrollar nuestra humanidad sin ningún condicionamiento, más allá del respeto a la libertad de los demás ciudadanos en cada una de sus facetas, físicas, morales, e intelectuales.
De esta manera, la integridad moral, compuesta por la honra y el buen nombre son derechos que se nos deben a todas las personas por el hecho de ser personas, y es por ello que la vulneración, repetida y sistemática de estas dos garantías, me impulsan a escribir estas líneas para reclamar verdad frente a las acusaciones torticeras y apresuradas que contra mi persona usted ha realizado.
1. Como ya lo he mencionado fui skinhead en mi adolescencia e inicios de mi juventud, lo cual considero un error que tristemente me ha estigmatizado en el desarrollo de mi profesión como Politólogo. No obstante jamás he pedido perdón por ello, pues las declaraciones apologéticas sólo tienen cabida cuando de la conducta propia se suscitan daños o perjuicios contra otra persona, lo cual jamás ha sucedido, y que se puede evidenciar en que no tengo, ni he tenido ninguna deuda con la justicia. Como ciudadano libre, participe en una tribu urbana que utiliza una estética provocadora, mas nunca fue una organización conspirativa, ni ha tenido jamás el impacto en la magnitud que los medios han querido presentarlo en su labor de generadores de opinión pública.
2. Denuncio el interés que se esconde detrás del deseo de vincularme con el partido político Centro Democrático, no pertenezco a esta colectividad, y el acercamiento que a la misma sugieren los medios de comunicación, resulta infamante a mis convicciones políticas, y es, entre otras cosas, contradictorio a las causas de las que me he abanderado a lo largo de mi carrera. Es un sinsentido que un activista que apoya a soldados heridos y mutilados en combate sea al mismo tiempo adorador del señor Álvaro Uribe,quien dio en su momento carta abierta para que los intereses políticos le quitaran todo peso a la legítima figura del fuero militar; quien además durante su gobierno no hizo un esfuerzo real para esclarecer los casos de militares detenidos injustamente, y por cuya negligencia con este tema de superlativa importancia, hoy, en el mandato del presidente Juan Manuel Santos, son los defensores de los militares tenidos por enemigos públicos, mandato éste que como es bien sabido, fue conferido popularmente en razón del mesianismo que se proyectó desde el Uribismo hacia la persona de Juan Manuel Santos Santos en el año de 2010.
Por otro lado, resulta contrario a mis directrices éticas, la pertenencia al partido donde se utiliza el dolor de las víctimas de las FARC para impulsar carreras políticas acompañadas de jugosas cuotas burocráticas de personajes que en sus acciones cometieron actos de barbarie contra los miembros de la Fuerza Pública, claro ejemplo de ello es el caso del parlamentario Ever Bustamante quien de secuestrador paso a ser Uribista ejemplar.
3. De la mano con el anterior punto, quiero aclarar que no pertenezco, ni he pertenecido a partido político alguno, y que no he tenido jamás ningún tipo de relación laboral con estas colectividades, pues considero una traición al pueblo del que soy parte, trabajar con las clase partidista tradicional o con los partidos atrapatodo que han surgido en estos últimos años, que lejos de formarse alrededor de ideologías lo hacen alrededor de las conveniencias, que han convertido la política en el sistema de mercadeo más vil y rastrero que la historia ha conocido, siendo este reconocimiento histórico una vergüenza y no un mérito.
4. Así, resulta obvio que no he trabajado en la campaña de la señora María Fernanda Cabal, Salí en una foto cerca a ella en un evento lo cual ha sido utilizado malintencionada y convenientemente para hostigar políticamente a la representante, aprovechando la imagen pública que de mí han proyectado, e instrumentalizando así mi pasado para hacer ataques incisivos al enemigo político de turno, sin importar, los perjuicios que yo y mi familia hemos recibido a razón de ello. No comparto las posturas políticas de la representante, ni las diferenciaciones de clase social que hace constantemente en sus entrevistas. Cabe aclarar también que con relación al Foro Nacional de Víctimas, no fui enviado en representación de la congresista ni del partido Centro Democrático, mi labor fue por mandato de la Fundación Colombia Herida en la cual trabajo en razón de mi oficio como politólogo, si hay pruebas de lo contario exijo sean hechas públicas, para así, con base en pruebas serias, controvertir públicamente las deleznables acusaciones que se me hacen.
5. Denuncio su falta de ética profesional, ya que si bienes cierto que nos vimos en el foro de Cali, es falso que yo hubiera saboteado o manipulando víctimas, tal y como usted ha publicado, a pesar de haber sido usted testigo de mi gestión. Recordará usted que cruzamos algún saludo junto con la periodista Jineth Bedoya, mientras yo desempeñaba mi legítima labor, haciendo entrevistas y sacando fotos de víctimas de las FARC, algo que sostengo, y estoy dispuesto a sostener en cualquier instancia sin importar su naturaleza; apoyado por demás, por los testimonios de las victimas con quienes compartí en el hotel y a las cuales intenta también calumniar el Señor Herbin Hoyos a quien su coctel Antisecuestros y rock and roll le está poniendo a ver alucinaciones y a hacer declaraciones acerca de personas que no conoce.
6. No hice parte de la creación del Movimiento Restauración Nacional. Resultaría incoherente la sola idea de que un protestante crease un movimiento político confesional a la fe Católica. Mi cercanía a dicho movimiento no es por cuenta de ningún tipo de militancia, sino por la sincera amistad que profeso a miembros de este movimiento, a los cuales no negare por que un hombre jamás niega a sus amigos. He compartido escenarios con ellos y he participado en algunos eventos donde tuve el placer de conocer a personas integras como el procurador Alejandro Ordoñez, con quien no comparto ningún vínculo a pesar de haber coincidido en un par de eventos.
7. En cuanto a la responsabilidad de mis acciones puede estar usted desembarazada porque siempre he respondido por ellas de manera autónoma, hábito que conservaré hasta el fin de mis días, sin necesidad de consejos, de lecciones, ni mucho menos de órdenes de terceros a quienes no he dado esa potestad.
Para finalizar: resulta fácil pisotear honras desde una columna de opinión, o elevarlas, aún las más ruines, como usted hiciera con cierto canalla en su columna “Castaño el libertador” (El Espectador, 1999), no obstante, le exijo que sus peleas personales con el uribismo, las dé sin utilizar mi nombre y mi reputación para dar fuerza a sus argumentos, que si tienen algo de sustento, no necesitarán valerse de la calumnia hacia terceros. Le quita brillo a una dama andar inmiscuyendo a otras personas en chismes sociales de difusión nacional; como usted bien dice, todos tienen derecho a decir estupideces, pero le solicito de la manera más amable, que al momento de hacer uso de este derecho, evite comprometer la honra de las personas y sobre todo, evite comprometer la seguridad personal de los demás, pues dejo constancia de que una imprudencia, o una ligereza suya, puede costarme la vida, y la de mi familia a manos de las FARC.