A Daniel Andreas fiel amigo en la fortuna y la trinchera.
Valiente y fiel hermana fue la espada,
Que la amistad de acero otorgara
Al Ruy Díaz en la dura jornada
Después de que destino lo castigara.
Gran consuelo es la fraternidad
Del hombre sincero y entregado;
En la tierra no existe mayor
caridad
Que la del amigo abnegado.
No dudo en servir con valor;
Dispuso su corazón al combate
Y compartió el destierro con honor
El oro jamás su honor puedo alcanzar,
Pues el valor, la dignidad y la sinceridad
Solo en el hombre honrado pueden habitar
Eduardo Romano
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