Señor (……)
Nicolás Maduro
Debo confesar que no sabía con que título dirigirme a usted para encabezar esta carta, ya que la figura presidencial guarda un espíritu democrático, el cual, al ver las ultimas noticias, no sé si se mantiene aún vivo en Venezuela, por tanto acudí a buscar en la historia un término adecuado para poder referirme a usted.
Cuando el reino de Creso fue conquistado por el emperador persa Ciro, hacia la mitad del siglo VI, las colonias griegas siguieron el mismo camino y se vieron sometidas a la autoridad del sátrapa de sardes, pero el amor a la libertad estaba profundamente arraigado entre los griegos que reivindicaron <<el derecho de vivir según sus propias leyes>>, no querían postrarse ante el tirano, en el 499 A.J la resistencia Jonia sería aplastada y los ciudadanos esclavizados y deportados a Mesopotamia en la desembocadura del Tigris.
Ciertamente es una historia muy vieja, el detonante que enfrentó a oriente y occidente, conflicto que se mantiene tan vivo hoy como entonces.
Escribo estas líneas por que siento la necesidad de decirle que siento una profunda consternación por todos y cada uno de los ciudadanos de la nación hermana de Venezuela, pues en este siglo al parecer nuestro continente se encaminaba lentamente a colocar los derechos humanos como mediadores entre las relaciones de los Estados con sus ciudadanos y mas con sus opositores.
Cada vez que miro sus alocuciones guerreristas, populistas y vulgares me siento más conmovido por su miedo, el temor profundo que siente su corazón al viento de libertad, ese que hace que sus huesos se hielen y sus dientes rechinen por Hispanoamérica entera.
Y es que es de temer el coraje de los valientes venezolanos, aquéllos que desafían, la cárcel, la tortura y la muerte, que presencian el dolor de su nación ante la complicidad de los países democráticos, aquellos que observan de reojo la violación de los derechos humanos en Venezuela mientras usted habla de las bondades del socialismo bolivariano al mundo.
Recuerdo a Don Alejandro Peña Esclusa, quien fue detenido injustamente por su <<dictador Hugo Chávez>>, sembrando en su contra falsas pruebas para detenerlo por el cargo de terrorismo, su paranoia golpista lo hacía delirar con el nombre de Chávez Abarca y el ciudadano ex presidente Álvaro Uribe.
Pero usted no se queda atrás, encerró no sólo a los principales líderes de la oposición, sino también a decenas de jóvenes estudiantes, al tiempo que se saluda cordialmente con Dilma Rousseff y Michelle Bachelet, quienes durante su época estudiantil sufrieron el terror por denunciar las dictaduras en sus países.
Detuvo a Lorent Saleh y Gabriel Valles, con trucos diplomáticos aprovechándose de la inexperiencia de Saleh y su personalidad explosiva, sabiendo que es un joven comprometido con los ideales que promulga, los cuales fueran tan aplaudidos en nuestro país por los <<campeones Uribistas de la libertad>>, los mismos que salieron a negarlo y le dieron la espalda cuando fue detenido con pruebas alteradas y manipuladas por la <<KGB>> venezolana orquestada por usted, porque usted bien sabe que las fotos con uniformes viejos de paint ball y armas que disparan pintura no hacen criminal a un hombre, sólo dan razones a los viejos amantes del poder para condenar una lucha.
Hoy, los somete a una dura condena en cárceles inhumanas, en mazmorras propias de los sátrapas persas que de repúblicas democráticas, ya son 15 días de huelga de hambre en la que se mantiene estos jóvenes y usted les niega el derecho a estar al menos en un centro de reclusión digno!
Sí señor Maduro, ya sé como referirme a usted; <<SATRAPA>> siervo de un canalla como lo fue Hugo Chávez, un ser capaz de justificar el robo, la tortura y el homicidio en las necesidades de los más humildes, aquél que creó turbas de canallas armados que rondan los barrios para silenciar la voz de los que juraba defender.
Es terrible ver como humilla a su pueblo por alimentos, filas eternas por las mínimas necesidades, es usted la vergüenza del continente, usted y todos los que aplauden su desprecio por la verdad, la libertad y la justicia.
Esta semana arbitrariamente envió al alcalde de Caracas Antonio Ledezma, violando el derecho al debido proceso y las garantías de todo detenido y ¿por qué? por silenciar la verdad y es que todo el continente sabe que Venezuela hierve de indignación, de rabia frente a los abusos del gobierno Bolivariano.
Usted produce vergüenza, sus mentiras, asco y su falta de respeto por la justicia, deseos de luchar contra la tiranía.
<<No olvidéis a los griegos> recordaba un sirviente todos los días al tirano Darío, yo le digo SATRAPA Bolivariano <<no olvidéis a los griegos de este lado del continente, aquéllos dispuestos a dar todo por la amada libertad>>.
Has hinchado mi corazón demasiado para que logre contener lo que lleva dentro <<niño>> ¡Oh esclavo! perdonadme señores; es la primera vez que me he visto obligado a insultar.
Marcio –Coriolano, William Shakespeare-
Marcio –Coriolano, William Shakespeare-
Eduardo Romano
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